La Reina Navidad (cuento navideño, ganador de concurso escolar, 10 años)


   


    Laura y Betti eran dos amigas inseparables. Estaban todo el día bailando y jugando con sus amigos del bosque: Croac, el sapo fanfarrón; Mika, la mariposa que no sabe volar; Caty, la oruga aventurera y Bubo, el búho de oro. Faltaba muy poco para Navidad y todo el mundo estaba alegre, incluso Morris, el zorro ladrón.
Laura y Betti decidieron ir al lago y sus amigos las siguieron.

    Pero, mientras bebían, vieron algo asombroso. ¡La Reina Navidad se les apareció!
    Navidad las vio también, pero se asustó un poco. Se acercó a ellas y dijo:
- ¡Hola! Soy la Reina Navidad. Seguro que habéis oído hablar de mí, ¿verdad?
- Sí, Majestad – dijo Laura con una suave reverencia -. ¿Conoce usted a Santa Claus?
- Sí, muchacha. Es un hombre muy bueno. También conozco a los Reyes Magos.
- ¡Vaya! ¡Sería divertido ir a tu país! ¿Verdad, Laura? - dijo Betti.
- ¡Oh, claro, nos encantaría! - contestó Laura.
- ¡Pues no hay más que hablar! - y con un chasquido de dedos, Navidad hizo aparecer un trineo tirado por unos lindos pegasos de plata.
- ¡Yupiiii! - gritaron Laura y Betti al unísono. Y subieron al trineo.

    Estuvieron mucho tiempo volando y al llegar a unos riscos, el trineo se paró. Todos bajaron a un saliente que había de roca. La Reina Navidad dijo algo como: (símbolos inventados en el original) y la roca que tapaba la boca de una gran cueva se apartó.
    Entraron a una gran sala llena de víveres puestos sobre una larga mesa de mármol rojo. En el centro de la sala había un trono de cristal.
    Allí dentro había muchas personas conocidas.
    Santa Claus le dio un autógrafo a Betti y Bubo se puso una corona de oro que le regalaron los Reyes Magos.
    Mika estaba muy triste y Navidad le preguntó qué le pasaba. Ella contestó que no sabía volar y entonces Navidad le echó unos polvos a sus alas.
    Mika no salió de su asombro cuando comprobó que volaba más rápido que una paloma.
    
    Ya se hizo tarde y Navidad llevó a todos a sus casas. Les dio un silbato mágico a Laura y Betti, para que fueran a su país cuando quisieran. Más tarde llegaron a casa, cenaron, se durmieron y soñaron con los angelitos.

FIN


Comentarios

Entradas populares de este blog

Jastagsaludmental: A caballo desbocado entre una declaración de objetivos a lo Jerry Maguire y una terapia para no pensar en el Vértigo.

Abusones.